Curioso tema para un día de Navidad



Curiosamente hoy, día de navidad de 2010, he leído un artículo en el que se critica la "justificación", por parte del Papa Benedicto XVI, de determinados abusos a menores por parte de miembros de la iglesia católica. Bueno, realmente se trata de una traducción bastante decente de otro artículo que estuvo entre los más leídos y enviados de la sección de internacional del Belfast Telegraph.


(tomada "prestada" de la propia web de la Santa Sede)

Como no acababa de dar crédito a las frases entrecomilladas y yo soy de los que
cree que siempre debe haber un margen de duda ante una noticia tan sensacionalista, investigué si era cierto, pues aunque el tal Benedicto XVI (antes Joseph Alois Ratzinger) no es muy de "mi cuerda", considero que no es un estúpido que diga cualquier cosa a tontas y a locas (entre otras cosas porque parece contar con una sólida formación en filosofía y teología, lo que debería facultarle para no soltar perlas por esa boquita).

Sin embargo he podido comprobar con relativa facilidad que los entrecomillados se ciñen, "ad pedem litterae", a partes del "Discurso del Santo Padre Benedicto XVI a la Curia Romana para el intercambio de felicitaciones con ocasión de la Navidad" del pasado lunes 20 de diciembre, alojado en la página web de la mismísima Santa Sede.



Imagen de Benedicto XVI
(tomada "prestada" de la propia web de la Santa Sede)


Creo firmemente que no era intención de Benedicto XVI trivializar con un tema que tanta trascendencia ha tenido a lo largo de este último año, pero desde luego no ha sentado nada bien entre las asociaciones de víctimas de los abusos. Y no es que yo crea que Benedicto XVI no pretendiera trivializar por hacerle un favor a las víctimas, sino por evitarle un escozor más a la organización multinacional de índole religiosa a la que representa.

Que la pedofilia pudiera haber sido una "perversión de fondo del concepto de ethos" en los años 60 (no puedo decir ni que sí ni que no, ya que en esa década no pasé de los 2 años de vida y, por tanto, como mucho podría haber sido víctima y no verdugo de tan reprobables prácticas) no es una afirmación que se pueda esgrimir a las primeras de cambio. Que alguien afirmara "-incluso en el ámbito de la teología católica- que no existía ni el bien ni el mal en sí mismos" no disculpa un comportamiento a todas luces equivocado (es el adjetivo más suave que se me ocurre).



Imagen de Benedicto XVI
(tomada "prestada" de la propia web de la Santa Sede)


Sirve esta argumentación a "su santidad" para enfrentarse al problema en el futuro ya que, según sus propias palabras, estos son sus "fundamentos ideológicos". Yo, sinceramente, no creo que un pederasta se ponga a pensar en fundamentos ideológicas de ningún tipo cuando está haciendo las salvajadas que se le pasan por su mente enferma. Es más, dudo mucho que le pase nada más por el cerebro que el abandono a los más primitivos instintos.


No voy ahora a enfrentarme a su discurso con argumentos sobre la conveniencia o no de la intervención papal. A lo mejor tenía sentido en el marco en que se pronunció el discurso. A lo peor es que la iglesia católica se siente suficientemente protegida de críticas por el mero hecho de haber elaborado unas nuevas disposiciones en las "Normae de gravioribus delictis" (que regulan el juicio, por parte de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y la declaración e imposición de sanciones canónicas) e incluyen entre los delitos más graves contra la moral:

1º El delito contra el sexto mandamiento del Decálogo cometido por un clérigo con un menor de 18 años. En este número se equipara al menor la persona que habitualmente tiene un uso imperfecto de la razón;

2º La adquisición, retención o divulgación, con un fin libidinoso, de imágenes pornográficas de menores, de edad inferior a 14 años por parte de un clérigo en cualquier forma y con cualquier instrumento.

Además,

2. El clérigo que comete los delitos de los que se trata en el § 1 debe ser castigado según la gravedad del crimen, sin excluir la dimisión o la deposición.
En fin, si con esto tienen tranquila su conciencia, allá ellos.

A título personal creo firmemente que poner a un mismo nivel la "pederastia" o la "divulgación de la pornografía infantil" con la "ordenación sagrada de una mujer"; la "escucha prohibida de la confesión"; la "violación directa o indirecta del sigilo sacramental"; o la "grabación" y "divulgación con malicia en los medios de comunicación social, de las cosas dichas por el confesor o por el penitente en la confesión sacramental verdadera o fingida" (hacerse un wikileaks, en definitiva) no ha lugar aunque luego le den vueltas de tuerca a las frases y las coloquen como mejor venga a sus intereses.


Paz, Amor y Solidaridad




En estos convulsos tiempos que corren no puedo sino pedir esas tres cosas (y no aquellas tres que mencionaba la famosa canción).


PAZ

Por un mundo libre de ira, de odio, de venganza y de muertes sin sentido... de violencia de todo tipo, en definitiva.

AMOR


Muy unido a la sensación de paz, pero también al gesto de solidaridad, el amor hacia el resto de la humanidad (sea ésta próxima o lejana) se refleja en la ausencia de egoísmo, de avaricia y de cualquier clase de explotación.


SOLIDARIDAD


Para con los (y las) pobres, oprimidos, explotados, censurados, enfermos... pero también con quienes entregan alguna parte de su vida en la mejora de la vida en nuestro planeta.

Os dejo una hermosa canción ilustrada con hermosas imágenes.




Y recordad

¡Sed felices!