Otro concurso de fotografía



Un poco de casualidad me he enterado de un concurso de fotografía que me parece interesante, y no he podido evitar apuntarme.



Ni me he fijado mucho en el premio. Sólo el hecho de que se involucren en el mismo fotógrafos como Gervasio Sánchez, Eugenio Recuenco, Jose Manuel Navia o Chema Madoz ya es una garantía de calidad.



Si bien trabajan temáticas distintas y defienden conceptos fotográficos variopintos, todos tienen en común un prestigio y una calidad innegables, y eso aporta seriedad a un concurso en el que, además, se aprende.



Ya he enviado mis fotografías para el Reto planteado por Gervasio Sánchez. No espero obtener premio porque nunca he practicado fotografía social ni documental en sentido estricto. Sin embargo las fotografías presentadas han supuesto un esfuerzo conceptual e icónico (no tanto ténico) que ya de por si supone una profundización en el mundo de la fotografía.



Sin haber ganado nada ya ha merecido la pena el hecho de haberlo intentado. Aquí os dejo algunas para que podáis admirarlas en buen tamaño (pinchando en cada una de ellas), y aquí un enlace para que podáis ver el resto de las que he presentado.


De "res pública" apud "monarchia".



Hace unos meses os hablaba de un par de estrenos: el de una obra de teatro en la que yo participaba, y el de un documental sobre un viejo luchador del antifranquismo. Lucía él orgulloso su bandera republicana.

Hoy os lo traigo de nuevo en homenaje a quienes lucharon y cayeron por el camino de un mundo más equitativo. Hoy os traigo una bandera española. Algunos reniegan de ella. Otros la izan con orgullo, quiero pensar que no mal entendido.

No soy yo hombre de patrias ni banderas sino de hermandad de los pueblos, de fraternidad universal, de solidaridad... y de paz y amor (sí, como decían los hippies y dicen que un tal Jesucristo). Sin embargo me gusta sentirme republicano porque el concepto de "república" (derivado de la "res publica" latina) me parece de una responsabilidad y de una seriedad de la que adolecen las monarquías (por muy "constitucionales" que éstas sean). De hecho estoy convencido que el concepto "monarquía constitucional" es tan oxímoron como los famosos "inteligencia militar", "tolerancia cero" o "ciencia política".

Para muestra de que la monarquía parlamentaria es un "fraude" os dejo un par de botones:

  • De las 39 monarquías constitucionales que se recogen en Wikipedia la inmensa mayoría (15) son antiguas colonias británicas (país que no cuenta, curiosamente, con una verdadera "Constitución" y por tanto al que no debería aplicársele el término) cuya reina es su graciosa majestad Isabel II.
  • Otra buena parte del grupo son países árabes en los que términos medievales como "emir" o "sultán" mantienen vigencia (al igual que el término "rey" ¡ojo!) así como monarquías pseudoreligiosas y/o tribales (todo muy moderno, racional y humanista).
Por todo ello hoy os digo:

¡¡A por la tercera!!




A falta de cinco días



Cinco días es el tiempo que resta para que vuelva a correr el maratón de Madrid. Llevo cuatro meses largos entrenando cinco días a la semana para que me salga mejor que el año pasado. Sin embargo esta noche eso fue lo de menos.



El entrenamiento de hace un rato consistió en correr fácilmente durante una hora. Nada más y nada menos. Hacía mucho tiempo que no me olvidaba completamente de controlar mi ritmo, mi respiración, mi zancada, cada minúscula sensación en las piernas, en cada latido... en lo bien o mal que entra y sale el aire de mis pulmones.



Esta noche he vuelto a escuchar el crujido añejo de las maderas del puerto deportivo curtidas por la sal y el sol. He vuelto a henchirme del aroma almibarado de la glicinas por el simple placer de respirar. He recuperado la admiración por cada ola que golpea el casco de los veleros, por el tenue silvido del aire en sus jarcias y el cabeceo rítmico que parece saludar a quien a su lado pasa. He descubierto que a la luz de los focos del puerto también hay murciélagos revoltosos en discreta cacería, y que los amantes susurran deseos a esa media luna que hoy nos inunda.




Todo eso y más estaba ahí, pero había dejado de disfrutarlo. Espero que la renuncia haya merecido la pena y que, a la vuelta, todo siga en su lugar para volver a gozar de los anocheceres de mi puerto de Vigo.


Nota: Las fotografías son de mi zona habitual de entrenamiento, aunque algunos detalles han cambiado desde que las hice, hace ya casi dos años.