Esta noche Lila Downs... mañana os cuento.



Me voy en cuanto acabe esto a ver a una de mis cantantes preferidas: Lila Downs. Ya os he hablado de ella en alguna ocasión... pero a partir de esta noche podré hacerlo con más fundamento.
Os dejo con la canción que da título al disco "Ojo de culebra" cantado con LaMari de Chambao (otro peazo formación). ¡Chaucito!




Hoy ya es mañana y toca crítica... para variar, porque no soy yo muy dado a comentar los conciertos, ni los libros, ni las películas que veo.

Antes de nada me gustaría comentar que el concierto comenzó con más de media hora de retraso por, parece ser, problemas técnicos en la iluminación. En cualquier caso parece que se superaron perfectamente, puesto que en ningún momento me pareció malo ese aspecto del espectáculo.

Lo que me sorprendió muy favorablemente fue la cantante. Decir que gana en directo respecto del disco es quedarse absolutamente corto, y que si ya me gustaba ahora sencillamente me ha enamorado... y no sólo por ese físico tan racial... sino más bien por la gran variedad de registros que es capaz de afrontar con absoluta naturalidad.

Desde la voz más cavernosa y con matices guturales hasta gorgoritos de alondra canora pasando por aterciopelados susurros, la garganta de Lila Downs es un prodigio de la naturaleza acompañado de un gusto exquisito en la utilización de los matices, del aprovechamiento de los recovecos de cada palabra, a la que saca nuevos valores expresivos.

Me recordó Lila Downs por momentos la sabia exploración de las posibilidades vocales alcanzada por unas pocas elegidas divas del jazz (Ella Fitzgerald, Billie Holiday...) en ocasiones por la expresividad a la hora de afrontar una palabra y en otras por el desvanecimiento de los límites sonoros que hacen de su voz otro instrumento más de la banda.

En el repertorio combinó a partes prácticamente iguales canciones de su último álbum (en el que oscila entre tradición y modernidad) y de su discografía anterior (que ahondaba más en las raíces étnicas de su pueblo). Del nuevo cantó Black Magic Woman (versión del mítico tema de los Fleetwood Mac y su compatriota Carlos Santana), Minimun Wage (Salario mínimo), Los pollos, Ojo de culebra, Perro Negro y Tierra de luz. De anteriores discos recuerdo haber oído: Justicia, La cumbia del mole, Paloma Negra, Naila, Vámonos (del gran José Alfredo Jiménez), Arenita azul, Agua de rosas y La llorona... aunque seguramente me haya olvidado de alguna otra.


La banda muy equilibrada y acoplada a pesar de proceder de diversas nacionalidades (Estados Unidos, Venezuela, Cuba, México, Chile...). Me cuesta destacar algún músico en particular, pero para mi gusto marcaron la diferencia en sus solos los magníficos trombonista, acordeonista y percusionista, y no es que el resto fueran malos, ojo.

Punto aparte merece la estética del espectáculo considerada como un todo: si las luces fallaron no se notó, el vídeo acompañaba siempre los temas cantados -en ocasiones reforzando la idea de la canción, con imágenes de Don Jose Alfredo Jiménez, de Emiliano Zapata, de pobres migrantes, de los EE.UU., de indígenas- y sobre todo ello siempre presentes los tejidos y los bordados tradicionales que siempre acompañan a Lila Downs, como sus danzas y sus giros, sus sacudidas sincopadas con la música y las poses simbólicas: arrodillada, sentada, en cuclillas... todo un repetorio perfectamente estudiado que demuestra que el éxito no es fruto del azar, sino que lleva mucho trabajo de un equipo humano integrado y sólido.

Se echó en falta una sala sin butacas, porque buena parte del repertorio resultaba altamente bailable, y más de uno y de dos estabamos incómodos en unos hundidos butacones deseando levantarnos y danzar al son de la música que nos inundaba desde el escenario. En cualquier caso la temperatura ambiente subió y subió hasta hacernos pensar si no estaríamos realmente al borde de la frontera con los EE.UU. en vez de en una lluviosa ciudad del noroeste peninsular.

Al acabar el concierto resultó inevitable acercarse al "¡Viva Zapata!" a tomarse unas Coronitas, unos tequilas, unos margaritas o lo que cada uno tuviera a bien bajar por el gaznate.

Una de las causas de que apenas escriba



Esta es una de las causas por la que apenas sí escribo en mi blog personal... y no es por falta de temas, que los hay; ni de ideas, que también; ni de ganas, que sobran... pero el tiempo es el que es y no doy para más, queridos y queridas míos.

Os dejo una canción que me gustó más de lo que me gusta, pero que siempre es agradable volver a escuchar... al menos para mi.

La versión no es la que yo oí la noche de la presentación del disco en el que estaba incluida. Quienes la tocan tampoco son el grupo que la tocaba originalmente . Sin embargo sí formaban parte de ese grupo Carlos Núñez y Pancho Álvarez, aunque nadie parezca querer acordarse ya.

Como sucede tantas veces, probablemente demasiados "egos" juntos llevaron a su desaparición con un único disco en el mercado.


De despedida en despedida



En menos de una semana han muerto dos poetas. Si en España se nos murió un poeta y músico de una sensibilidad matemáticamente cabal, en Uruguay se ha apagado una de las voces más destacadas de la literatura hispana y mundial del siglo pasado; una voz comprometida con el mundo que le rodeaba pero que siempre dejaba un pequeño margen para la esperanza, para el amor, para la vida que se impone.


Mario Benedetti era, y creo que siempre será, una referencia cultural e ideológica para muchos de nosotros. Buena prueba de ello es la cantidad de blogueiros que hoy han dedicado una entrada a este ser humano: Noe la bibliotecaria, Nacho el periodista, las luchadoras chicas de Lápices para la Paz, el compañeiro Eifonso... y muchos que no he tenido tiempo de ver... y otros que no han tenido ocasión de escribir pero a buen seguro hoy han tenido más de un momento para acordarse de Don Mario.



No es que yo haya sido un ferviente seguidor suyo (no es lo mío ser ferviente seguidor de casi nada o nadie) pero lo mucho-poco que he leído de él -que tanto y tan bueno ha escrito- siempre me ha hecho reflexionar... y eso es más de lo que se pude decir de muchos otros.

Os dejo un poema para ser leído y/o escuchado.


Despabílate amor

Bonjour buon giorno guten morgen
despabílate amor y toma nota

sólo en el tercer mundo

mueren cuarenta mil niños por día

en el plácido cielo despejado

flotan los bombarderos y los buitres

cuatro millones tienen sida

la codicia depila la amazonia



buenos días good morning despabílate
en los ordenadores de la abuela onu

no caben más cadáveres de ruanda

los fundamentalistas degüellan a extranjeros

predica el papa contra los condones

havelange estrangula a maradona



bonjour monsieur le maire
forza italia buon giorno

guten morgen ernst junger

opus dei buenos días

good morning hiroshima



despabílate amor
que el horror amanece



Hasta siempre, Antonio



Hoy ha muerto uno de los poetas músicos que marcaron una época en España. Su melancolía y su intimismo le caracterizaron a lo largo de su dilatada carrera que, todo hay que decirlo, nunca seguí con demasiado interés. Me gustaba, pero la música en castellano nunca fue mi fuerte. Desde hace año y medio, en que lo descubrí en toda su profunidad, suelo poner alguna de sus tristes melodías en el coche, acompañando esos kilómetros en solitario.

No soy yo un experto en su vida ni en su obra, así que no me extenderé más. Os dejo algunos enlaces para quienes queráis saber más:




A TRABAJOS FORZADOS

A trabajos forzados me condena
mi corazón, del que te di la llave.
No quiero yo tormento que se acabe,
y de acero reclamo mi cadena.

No concibe mi alma mayor pena
que libertad sin beso que la trabe,
ni castigo concibe menos grave
que una celda de amor contigo llena.

No creo en más infierno que tu ausencia.
Paraíso sin ti, yo lo rechazo.
Que ningún juez, declare mi inocencia,
porque, en este proceso a largo plazo,
buscaré solamente la sentencia
a cadena perpetua de tu abrazo.

No creo en más infierno que tu ausencia.
Paraíso sin ti, yo lo rechazo.
Que ningún juez, declare mi inocencia

De noche y de día. Por tierra y por mar.



Este fin de semana extraño seguí con mi habitual tónica de hacer montones de cosas. Parece que la vida me reclame desde norte y sur, que tenga una personalidad absolutamente dispersa y unas aficiones dispares que pudieran hacer pensar en un transtorno bipolar (por decir algo).

El jueves por la noche tuve cena con unos amigos y amigas que se prolongó en animada charla hasta algo más de las dos de la madrugada y, como el puerto estaba al lado y llevaba conmigo la cámara, decidí probar suerte con un proyecto fotográfico que tengo en mente desde hace meses: fotografiar los lugares por los que habitualmente entreno y con la luz ambiental con la que entreno. El resultado (incompleto) no está mal y me permite profundizar en las cosas que quiero hacer y qué resultados puedo esperar con el equipo que tengo. Por ahora una pequeña muestra es más que suficiente, y las cuatro de la madrugada no son horas para andar haciendo fotos ¿no?







El viernes por la tarde (de buena mañana tocaba mani) fui con la familia a ver (otra vez en el puerto) los barcos de la regata Tall Ships Atlantic Challenge 2009 que salió hoy desde nuestro puerto rumbo a Tenerife para luego continuar hasta las Bermudas, Charleston, Boston, Halifax y Belfast. Como las embarcaciones antiguas (bueno, en general las antigüedades) me encantan con ese aroma a alquitrán, salitre y madera tampoco pude evitar obtener una cuantas instantáneas... manías personales, supongo (aunque otra blogueira especializada en temas marítimos también estaba a lo mismo).

















Ayer sábado había quedado con otros colegas y sus familias para comer al pie del Monte Galiñeiro (en el ayuntamiento de Gondomar, pero cerca de los límites con Porriño y Vigo) y probar luego a ascender los algo más de 200 metros que separan el parque forestal de la cumbre.


Vista del Galiñeiro desde el parque forestal.

Evidentemente la cámara se vino conmigo y se trajo unos recuerdos estupendos de las vistas que hay en su cima, y como el día y la compañía ayudaban, prolongamos la jornada hasta que el sol se ocultó y, sin mayor aviso, nos dejó en penumbras.


Vistas del Val Miñor (Gondomar, Nigrán y Baiona) desde la cima.

Señal que indica la dirección a seguir hasta la cumbre.

Vistas hacia Vigo, con la presa de Zamanes y la Universidad a la derecha.

Poco antes de marchar las paredes rocosas reflejaban el color de la puesta de sol.


Menos mal que el domingo se hizo para descansar... y poner las fotos en el post correspondiente.