Donación histórica de un hombre de entrañable recuerdo




Hay personas que marcan tu vida en apenas unos instantes, y Don José Luís López-Aranguren marcó buena parte de la mía sin haber sido propiamente mi maestro.

Tuve el inmenso placer y fortuna de haber asistido a un par de conferencias suyas en mi propia ciudad allá por los últimos años 80. Supongo quien gobernaba la ciudad, así que atribuyo a un funcionario del Ayuntamiento aún en activo que en aquella época dirigía los destinos culturales de la ciudad el mérito de haber convocado e este ilustre intelectual para que nos iluminara en su concepto de estado, de vida, de ética, de moral y de sociedad.


Foto del profesor Aranguren en la época en que lo conocí.
Autor: Carlos Miralles. Colección particular -CSIS (tomada de El País)

Otro conferenciante que por Vigo pasó por esa misma época, y del que guardo un recuerdo similar, fué D. Gonzalo Torrente Ballester... a quien ya he dedicado una entrada y sobre quien probablemente vuelva a hablar en el futuro.

A lo que iba. Bastó una simple conferencia del bueno de Aranguren (espero que no se revuelva en su tumba por el tuteo) para que mis ideas anteriores sufrieran una especie de revolución cultural y conceptual que, sin hacerles cambiar el rumbo, sí se consolidaron sobre unos cimientos más sólidos que los que tenían previamente. Su palabra amable, sosegada y cálida; su tono pausado y familiar; su rostro henchido de bondad me llegaron al alma (si es que esta existe) y desde ese momento tomé como maestro a un hombre que nunca más tuve el placer de volver a oír en vivo y en directo (y a escasos diez metros).


El profesor Aranguren al teléfono (Colección del CSIC)

Lo traigo hoy aquí porque he leído que su inmensa colección privada de documentos acaba de ser donada por sus herederos al CSIC. Dice la noticia que son 20.000 los documentos (17944 de los cuales son cartas que él recibió) que forman el fondo que ahora poseerá el CSIC en propiedad. Espero que algún estudiante y más de un investigador bucee un poco en esos documentos y que les saque tanto partido como yo he obtenido de una simple conferencia suya... claro que el profesor Aranguren era de los que ganaba en persona.

En unos días cumpliría 100 años si la parca no se lo hubiera llevado antes, pero sus palabras acompañarán siempre a quienes, voluntaria o involuntariamente, lo tuvimos como maestro. Sus herederos han donado su archivo, pero él se donaba a si mismo y yo me considero uno de sus afortunados herederos.

8 comentarios:

Belén dijo...

Es bonito eso de que te consideres discípulo de tan honorable persona...

Yo lo soy de Marañón, gran médico, gran sanitario...

Besicos

banderas dijo...

Muchas gracias, Belén. Lo digo como lo siento... y es que leer algo sobre un hombre tan olvidado me hizo recordar lo mucho que le debo.

Gregorio Marañón... hoy en día la gente apenas sí sabe quien es... además de ser un hospital famoso de Madrid.

Por cierto, un hombre muy culto y polifacético... un verdadero humanista en el sentido renacentista de la palabra.

Bicosssss ;-)

Raquel dijo...

Curioso cómo algunas personas (lo que dicen, cómo lo dicen) te pueden influencia de esa forma. Y sí, sí, pasa.
Besos

banderas dijo...

A ti te pasó con un profesor que hizo que acabaras en Madison, si mal no recuerdo ¿verdad Raquel?

Biquiños ;-)

Raquel dijo...

Sí. Y me sigue pasando. Sigo encontrando héroes y asombrándome mucho con su fuerza intelectual, humana o artística.

banderas dijo...

¡Qué suerte tienes, hija! A mi hace tiempo que no se me aparece nadie tan interesante... aunque en la blogosfera hay gente muy válida que habría que conocer en vivo y en directo para poder apreciar mejor si todo lo que dice es tal y como lo dice... creo que me entiendes... del dicho al hecho...

Pero sí. Algo hay.

Biquiños ;-)

JOAKO dijo...

Un gran maestro, y además comprometido en unos tiempos en los que la medicridad campo por la universidad y pocos de veradad se mojaron como él, porque el se jugo ingresos, y es ahí donde comienza la verdadera implicación...

banderas dijo...

Gracias por tu comentario, Joako.

Veo que coincidimos en apreciar una figura poco conocida por el gran público, pero muy valorada entre quienes han leído sus obras o atendido a sus lecciones (magistrales en cualquier situación y contexto).

Un abrazote ;-)