Mi calle: la noche.


Si el día a día en mi calle permanece inalterable, la noche ha cambiado radicalmente. En unos días se cumplirán 11 años desde que me fui de esta calle, y en ese lapso de tiempo han pasado muchas cosas. A lo mejor han pasado menos que en el resto de la ciudad, que ha cambiado en muchísimos aspectos, pero han sido trascendentales para que el modo en que se vive en ella se haya visto alterado.


Tres son las cosas que más se notan. Una es la reforma de la calle. Antes estaba estructurada en torno a dos aceras estrechas y una zona de rodadura de coches, también en piedra, y ahora es una superficie única. Su aspecto es muy diferente, y la convivencia de vehículos y peatones es radicalmente distinta.


Otra es la limitación de acceso de vehículos. Antes cualquier ciudadano de Vigo podía pasar con su coche por mi calle. Desde hace unos años el barrio histórico ha visto limitado el acceso a residentes con autorización municipal y, en determinadas horas, es libre para carga y descarga. Evidentemente el número de vehículos que circulan se ha visto sensiblemente reducido, y eso tiene mucho que ver en la calidad ambiental, tanto sonora como atmosférica.



La tercera es la desaparición de un bar "histórico", una referencia ineludible del mundo de la noche viguesa. No se trataba de una referencia por su calidad ni por su decoración, sino más bien por su peculiar idiosincrasia. El bar de Richard y su familia destacaba por su peculiar oferta horaria y culinaria. Abría, si mal no recuerdo, de 22:00 a 07:30, atendiendo el hambre de toda una "fauna nocturna" (marineros, prostitutas, gentes que salían de marcha hasta el amanecer...) con una carta tan reducida como especializada (espaghetti y cocido eran la base sobre la que asentaba su fama).



La noche en mi calle ha cambiado mucho, especialmente porque el "Bayona" (sí, con "y", pues así figuraba en su toldo amarillo) ha cerrado sus puertas por jubilación y nadie ha querido recoger el testigo.

Echaremos de menos las riñas de borrachos de madrugada, las risas flojas de las prostitutas y sus clientes, alguna que otra disputa por un quítame allá esas pajas... pero dormiremos más y mejor y, sobre todo, podremos disfrutar del gorjeo de la fuente de la Barroca y del lavadero cercano en medio del silencioso ambiente, podremos sentarnos al pie de cualquiera de los dos "cruceiros", uno de ellos con "peto de ánimas" que adornan la calle y disfrutar de una vida nueva en la ciudad vieja.

7 comentarios:

Manuel Tintoré Maluquer dijo...

Esas calles con bares de toda la vida y trasnochadores de todo tipo a veces se encuentran a faltar; en las calles de las ciudades de la actualidad falta lo que en nuestra juventud era todo un grito de rebedía: desorden.

Fernando dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Fernando dijo...

"Limpian, adecentan" tranquilizan, no caso das nosas cidades mariñeiras con esto levanse parte do porto, da marea,da mallante, pero bueno, igual e que os que agora poblan, tampouco son os de antes nin nada é como antes.
E o Bayona, impacto a primeira vez que te levan, pero para lembrar sempre esos espaguetis e o cocido as x da noite. Queda para as historias de esas noites viguesas.

Eifonso Lagares dijo...

Ha quedado bien esos arreglos y limpiezas de la calle y reducir el tráfico ha sido un acierto, pero deberían ir a más, supresión total del tráfico y de una vez por todas dar salida al barrio del Cura, hoy tan degradado.

Un saludo

banderas dijo...

Buenos días a todos!!! Me alegra que esta entrada haya dado lugar a un debate tan interesante como éste.

Sobre el orden y el desorden habría mucho que hablar. Por un lado hay quien demanda un poquito más de desorden y por otro quien critica el "botellón" (en su día era la "litrona" y antes los "guateques").

Sobre las "limpezas" e demás "arranxos" habría mucho que hablar, también. En el caso de Vigo hace muchos muchos años que alejaron el mar de la ciudad... aunque siguen haciéndolo. Y no sé qué fue primero, si abandonar el barrio y dejar que se hundiera para especular o arreglarlo para que pareciera una urbanización privada.

Desde luego hace 13 años tenía más vida. Se rodaban películas allí porque tenía un aire tradicional que ha perdido, por mucho más "de diseño" o "humana" que sea ahora. Había tráfico, es cierto, pero había vida, movimiento... eso sí, la tranquilidad que hoy se respira es de agradecer en pleno centro de la ciudad.

El "Barrio del Cura"... interesante ejemplo de proyecto urbanístico fruto de la especulación que promete hacer subir precios de la vivienda en los alrededores.

Un abrazo/aperta a todos ;-)

ohdiosa dijo...

Nada te hace ser más consciente del paso del tiempo que los cambios en las calles donde te has criado...la muerte de comercios, la aparición de otros nuevos, edificios envejecidos y otros que se levantan de la nada...

banderas dijo...

Hola de nuevo Ohdiosa!!!

Cuánta razón tienes en que el paso del tiempo se refleja maravillosamente en nuestros "lugares comunes", esos que han marcado nuestro itinerario vital durante años!!

En este caso, al sentirlo en circunstancias personales distintas se percibe incluso de otra forma más intensa.

Biquiños ;-)