Finalizando el mismo viaje hicimos otra parada casi de rigor. Si a la ida hicimos un alto en Escalada, a la vuelta fue la cara occidental de Picos de Europa la que nos retuvo.
Como queríamos ver la montaña en todo su frescor preferimos hacer noche cerca, y qué mejor lugar que Cangas de Onís, con su puente mal llamado "romano" (ya que su construcción seguramente date del siglo XIV) pero con toda probabilidad erigido sobre una base romana.
De hecho se puede trazar una línea recta imaginaria perfecta entre un par de puntos de las bases del mismo e imaginar a qué altura estaría el "ándito" o calzada de la construcción romana original.
Hermoso reflejado en el agua y en vertical
En cualquier caso, el puente actual es fotogénico lo saques desde donde lo saques y con cualquier encuadre. Es lo bueno que tienen las obras de arte auténticas, que son buenas se vean como se vean aunque tengan originalmente una función más práctica que estética.
De mañana temprano, para evitar la aglomeración que suele producirse a mediodía, subimos hasta los lagos de Covadonga, el lago Enol y el lago Ercina (el tercero en discordia, el Bricial, no pudimos verlo porque no era época de deshielo y por tanto no era posible observarlo) y allí admiramos la belleza natural de un paisaje amenazado por la presión que supone su atractivo turístico.
El lago Enol desde uno de los lugares donde se vuelve más fotogénico
Menos mal que (se supone) hay un control de acceso a los vehículos particulares... aunque dependiendo de la época del año ese control es mayor o más relajado. Debió tocarnos temporada baja, pues pudimos subir hasta los aparcamientos más remotos... lo cual nos vino bien porque mi hijo pequeño aún lleva mal lo de andar más de un par de kilómetros.
Aún así considero que el número de visitantes a la zona es excesivo y peligroso para el adecuado mantenimiento ambiental, pero cada cual que explote sus recursos turísticos como tenga a bien entender... como sucede con las minas de Buferrera, también visitables y situadas dentro de la misma área geográfica.
El lago Enol desde uno de los lugares donde se vuelve más fotogénico
Menos mal que (se supone) hay un control de acceso a los vehículos particulares... aunque dependiendo de la época del año ese control es mayor o más relajado. Debió tocarnos temporada baja, pues pudimos subir hasta los aparcamientos más remotos... lo cual nos vino bien porque mi hijo pequeño aún lleva mal lo de andar más de un par de kilómetros.
Aún así considero que el número de visitantes a la zona es excesivo y peligroso para el adecuado mantenimiento ambiental, pero cada cual que explote sus recursos turísticos como tenga a bien entender... como sucede con las minas de Buferrera, también visitables y situadas dentro de la misma área geográfica.
4 comentarios:
Una preciosidad!
Bonitas fotos; buenos entrenos podiamos hacer por las inmediaciones de los lagos, je,je.
Yo creo que el problema del turismo no es la cantidad de gente que visite estos parajes, sino su respeto al entorno.
Un saludo
Es una de las zonas más hermosas de España. Y también creo que debería moderarse el turismo.
Saludos muy cordiales desde BCN. Un abrazo.
Raquel lo es... una maravilla... cada una en lo suyo.
Aguita, en efecto, entrenos de lujo y en altura... Je!Je! Había gente con ropa adecuada, calzado adecuado y sus "camelbacks" cuando yo fuí.
El problema de la gente es ese, pero también , y aunque no se quiera, la presión sobre el medio (la simple presencia continua y diaria de miles de personas) es considerable... y tiene más efecto del que pensamos.
Jovekovic, creo que me entiendes tan bien o mejor que nadie... y eso que yo también soy un turista. Concienciado, pero turista.
Una forta abraçada ;-)
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