A falta de cinco días



Cinco días es el tiempo que resta para que vuelva a correr el maratón de Madrid. Llevo cuatro meses largos entrenando cinco días a la semana para que me salga mejor que el año pasado. Sin embargo esta noche eso fue lo de menos.



El entrenamiento de hace un rato consistió en correr fácilmente durante una hora. Nada más y nada menos. Hacía mucho tiempo que no me olvidaba completamente de controlar mi ritmo, mi respiración, mi zancada, cada minúscula sensación en las piernas, en cada latido... en lo bien o mal que entra y sale el aire de mis pulmones.



Esta noche he vuelto a escuchar el crujido añejo de las maderas del puerto deportivo curtidas por la sal y el sol. He vuelto a henchirme del aroma almibarado de la glicinas por el simple placer de respirar. He recuperado la admiración por cada ola que golpea el casco de los veleros, por el tenue silvido del aire en sus jarcias y el cabeceo rítmico que parece saludar a quien a su lado pasa. He descubierto que a la luz de los focos del puerto también hay murciélagos revoltosos en discreta cacería, y que los amantes susurran deseos a esa media luna que hoy nos inunda.




Todo eso y más estaba ahí, pero había dejado de disfrutarlo. Espero que la renuncia haya merecido la pena y que, a la vuelta, todo siga en su lugar para volver a gozar de los anocheceres de mi puerto de Vigo.


Nota: Las fotografías son de mi zona habitual de entrenamiento, aunque algunos detalles han cambiado desde que las hice, hace ya casi dos años.


6 comentarios:

Belén dijo...

Mucha suerte pues con tu carrera!!

Besicos

banderas dijo...

Muchísimas gracias, Belén. Lo mismo para vosotros el viernes en Zaragoza.

Biquiños ;-)

Kenson dijo...

Haberá que darche azos!!!

khene dijo...

Ten cuidado porque en la calle Bailén, debe de ser donde está el Senado, este año hay que pasar por un túnel ya que coincidiremos con la procesión de Ramos. Es algo menos de un metro de diferencia que corregirán en la salida o en la llegada para que siga siendo homologada.

Digo que tengas cuidado para que no te equivoques y te des de bruces con la borriquilla. También para que, tras tu grito de guerra en el Palacio Real, no te encuentres con media docena de energúmenos persiguiéndote túnel abajo, agitando agresivamente ramas de palma y de olivo en las manos XD

Raquel dijo...

Me parece tan difícil prepararse para y correr un maratón. Admirable, de verdad. Suerte y a por tu mejor tiempo.

banderas dijo...

Entón haberá que darme azos... moitos azos, Kenson

Biquiños ;-)

Ya me están tocando a mi las narices con la procesión!!! Son la única confesión religiosa que, en este país, tiene la venia para tomar las calles y atronar con sus tambores y demás todos los años... y encima van cambiando de fecha.

Como bien dices, Khene, habrá que andar con ojo... no vaya a ser que nos persigan. Aunque, sinceramente, dudo mucho que consigan pillarnos luciendo "palmito"... digo yo. ;-)

Raquel, el único mérito de preparar y correr una maratón es tener cabeza. Cabeza para decidirse a correrla, para entrenar hasta 5 días a la semana (al menos en mi caso, hay gente que entrena más) durante 4 meses sin apenas fallar una sesión. Cabeza para renunciar a la comodidad del sillón y salir a correr aunque llueva; aunque estemos cansados de todo lo hecho a lo largo del día; aunque nos escueza la garganta o una tortícolis nos moleste; aunque pensemos que los "deberes" son excesivos. Cabeza para mantener un ritmo razonable y cabeza para reservar fuerzas para la segunda parte. Cabeza para afrontar un bajón físico en el km. 35 y una cuesta más dura de lo normal en el 39. Cabeza, cabeza y cabeza. Constancia es la palabra. Ese es el único mérito de preparar y correr una maratón.

Biquiños ;-)