Me recordó a alguien que no conozco





Hoy estaba leyendo una novela a la que le tenía ganas a raíz de haber visto la película homónima cuando, en un párrafo determinado, y no sé muy bien el porqué, pensé que se refería a una persona que he conocido a través del mundillo de los blogs, pero que aún no tengo el gusto de conocer cara a cara.




Como no quiero aportar ninguna pista más, sencillamente me despediré hasta la siguiente entrada que, con suerte, escribiré el lunes próximo. Me voy a San Sebastián sin saber muy bien qué me depara el futuro. ¿Seréis capaces de adivinar en quién pensé? Creo que resulta bastante evidente. Bicos ;-)



Daniel Day Lewis y Juliette Binoche en una escena de la película.


"Una chica que, en lugar de llegar "más alto", tiene que servir cerveza a borrachos y los domingos lavarles la ropa sucia a sus hermanos acumula dentro de sí una reserva de vitalidad que no podrían ni soñar las personas que van a la universidad y bostezan en las bibliotecas. Teresa había leído más que ellos, había aprendido de la vida más que ellos, pero nunca será consciente de eso. Lo que diferencia a la persona que ha cursado estudios de un autodidacta no es el nivel de conocimientos, sino cierto grado de vitalidad y confianza en sí mismo. El entusiasmo con el que Teresa se lanzó a vivir en Praga era al mismo tiempo feroz y ágil, como si esperara que algún día alguien le dijera: "¡Tú no tienes nada que hace aquí! ¡Regresa por donde has venido!". Todas sus ganas de vivir pendían de un hilo: de la voz de Tomás, que una vez hizo que saliese a la superficie su alma tímidamente escondida en sus entrañas.

Teresa consiguió un puesto en el laboratorio fotográfico, pero eso no le bastaba. Quería ser ella misma quien hiciera las fotografías. Sabina, la amiga de Tomás, le prestó tres o cuatro libros de fotógrafos famosos, quedó con ella en una cafetería y le fue explicando lo que había de interesante en las fotografías de cada libro. Teresa la escuchaba con una silenciosa concentración, como la que pocos profesores han visto jamás en las caras de sus alumnos.

Gracias a Sabina comprendió el parentesco entre la fotografía y la pintura, por lo que obligó a Tomás a que la acompañara a todas las exposiciones que había en Praga. Pronto consiguió colocar en el semanario sus propias fotos y un día pasó del laboratorio al equipo de fotógrafos profesionales de la revista."

14 comentarios:

Raquel dijo...

Banderas, leí ese libro hace bastante. Muchos recuerdos así de golpe.
Disfruta el fin de semana.
Besos

Viguetana dijo...

Es uno de mis libros favoritos. Lo he leído en castellano y en catalán (por lo de comparar las traducciones) unas 3 o 4 veces.

Prefiero el libro a la película, ¡y eso que los dos protagonistas me encantan!

¿Y quién es ella?

Cuídate ese tobillo y no hagas tonterías. Besotes.

Anónimo dijo...

¡¡Las ganas que tengo de leerlo!!
Sin alguna pista más es difícil saber a quien te recuerda, aunque yo me he sentido reflejada, pero vamos, que apostar por una misma no queda nada bien si despues resulta que no es, jajajaja, así que yo no apuesto por nadie..Bicos

Pablo González dijo...

tengo que confesar que no he leído el libro ni visto la película. El párrafo, en cualquier caso me recordó a una frase de una canción de Los Suaves "se va al cielo a lavar la ropa a Dios".

Anónimo dijo...

Normalmente pasaría del tema, lo digo porque si alguien le dedica algo a una persona sin decir de quién se trata, o dice que le recuerda a alguien, me parece algo personal como para ponerse a hacer cábalas. Pero ya que nos propones que lo adivinemos, yo te diría que para mí está claro que se trata de Vitru.

Sobre el libro, lo leí hace muchos años, aunque ya tengo ganas de volver a hacerlo y ver la película, que no la he visto todavía. Me encanta Kundera y me fascinó ese libro, aunque a raíz de este leí alguno más del mismo autor.

No quiero alargarme más, que ya me estoy pasando, jajaja. Bicos

banderas dijo...

Como me voy ya mismo para Donostia no os responderé uno por uno. Lo siento.

La respuesta más o menos la habéis adivinado tod@s... creo que resultaba bastante obvio para quienes leen su blog con asiduidad y viven su peripecia vital que quien más se parece a Teresa es Vitruvia... incluso en su modestia.

Bicos y hasta el lunes ;-)

Ohdiosa dijo...

me encantó, un libro realmente increíble, tengo ganas de releerlo!!!

a mí también me recuerda a una blogger!!!jaja!

Desesperada dijo...

vaya, yo la verdad es que leí este libro muy jovencita y me fascinó, y que lo releí años después y me gustó un poco menos, aunque me siguió pareciendo genial! lo que sí, Teresa no me recordó nada a Vitruvia, ja ja ja, pero supongo que cada uno arma los personajes en su imaginación m´s o menos a su manera! bicos.

Anónimo dijo...

Ahora ya sí que no puedo esperar más para leerlo, jajajajajaj, lo malo es si llego a la casa del libro y me dicen que ya me llamaran cuando lo tengan, jajajajaja. Ainsss, ¡que martirio!

Precisamente hoy (¡qué casualidad!) he tenido una conversación muy transcendente con Boss, que creo que nos hacía falta para que yo pueda viajar a mi Praga particular.
Banderas.....que un beso, que te quiero un montón, y que el cariño que me llega a traves de post como estos me da una fuerza que no llegaias a imaginar.
Bicos desde el anden.

Viguetana dijo...

Curiosamente, la primera vez que me leí esta novela me identifiqué muchísimo con Teresa. La última vez que lo leí, en cambio, me sentí mucho más cercana a Sabina.

La verdad es que me dio qué pensar...

banderas dijo...

Ya estoy aquí, pero no estoy para un post nuevo...y eso que finalmente no corrí la carrera.

Una de las cosas buenas que tienen los buenos libros es esa, precisamente, que nos trasladan a otro mundo y nos hacen identificarnos o solidarizarnos con algún personaje... o con varios.

Por ahora no me siente identificado con ninguno, pero la historia me tiene atrapado. Un buen libro, en cualquier caso. Cuando lo compré lo hice un poco por curiosidad, pero sin grandes espectativas sobre él... y ahora estoy contento por haber empezado a leerlo.

Bicos ;-)

Mariano Zurdo dijo...

No leí el libro pero vi la peli hace muchísimo tiempo. Y sé que no sonará nada romántico, pero lo que recuerdo con más frescura es la aparición del cerdito Mefistófeles. Huelga decir que no me sentí identificado con él. O sí.
Besitos/azos.

Viguetana dijo...

¡Jope, Mariano, menudo día llevas! Me parto con todos tus comentarios. ¿Es cosa tuya o es que hoy estoy yo con la risa floja?
XD

A las buenas noches.

banderas dijo...

He de afirmar que Mariano lleva un día de campeonato... entre él y su fiestecita jolgorrio montada en su nuevo blog de Literazurda... XDDD

Mariano ¿has metido a Mefistófeles en el baño?... es que no lo encuentro en tu nueva casa. Ja!Ja!Ja!