Morir en pantalla. Morir con las botas puestas.


Hace una semana hablaba de cómo me gustaría morir. Hoy, casualidades de la vida, he visto en pantalla cómo quería morir el gran director de cine Nicholas Ray. Una película co-dirigida por él mismo y mi admirado Wim Wenders me ha transportado de nuevo al mismo tema: cómo quiere morir cada persona y por qué ha de respetarse su opinión al respecto.



La película "Lightning Over Water" (en España "Relámpago sobre agua") es de esas que no dejan indiferente a casi nadie. Por un lado están quienes opinan que es un homenaje personal hecho con respeto hacia un enfermo terminal de cáncer, con el cariño que un discípulo siente hacia su maestro, con una mezcla de soportes que marcan la separación de dos generaciones (la del cine de la del video), con un discurso en torno al cine como obra viva en constante construcción y, sobre todo, con una lección que enseñar sobre el cine y la vida.


Títulos de cabecera de la película "Lightning Over Water"
(Canta Ronee Blakely, esposa de Wim Wenders en esa época)


Por otro lado hay quien ve en ella cierto sadismo aprovechado por parte de Win Wenders para lanzar su propia carrera cinematográfica, un ejercicio de voyeurismo barato, una obra de escasa o nula validez artística y, para colmo de males, un monumento a la vanidad del protagonista.


Uno de los varios momentos en que Wim Wenders le plantea a Nicholas Ray la conveniencia de seguir adelante, y sus dudas en torno a la posible honestidad y/o moralidad del resultado.

Desde luego algo de vanidad y de exhibicionista hay en la actitud del viejo Nick, que insiste durante la película en seguir mostrando su cuerpo exhausto y agonizante, en seguir fumando cigarrillo tras cigarillo a pesar de su cáncer de pulmón, en mostrarse con parche en el ojo -a conveniencia- y sin él, en hablar "ex cathedra" sobre el mundo desaparecido del "Star System" de Hollywood, en hacer de su persona un personaje entre real y mítico (como el James Dean de su película "Rebelde sin causa"), en marcar desde el inicio de la película cómo será su final (a salvo del epílogo incluído por Wenders a modo de homenaje póstumo, pues es el único fragmento del film rodado después de la muerte -en la vida real- del protagonista).


En la escena a la que pertenece este fotograma el propio Nicholas Ray ordena cortar ("Cut!") y acaba la película.

Mi recomendación sobre la película es que conviene verla. No es una película que considere especialmente dura -en lo estético y/o moral- ni difícil -en lo cinematográfico- de entender, con lo que cualquier persona con un mínimo interés debería asomarse a la muerte con la naturalidad con que se trata durante 91 minutos en una mezcla entre ficción y documental, entre cine y video, entre retrato fiel y homenaje póstumo, entre vida y cine, en cine dentro y fuera del cine desde el primer al último plano.

13 comentarios:

Belén dijo...

Se podría estar hablando largo y tendido sobre este tema sin duda, pero si es decisión del paciente en plena posesión de sus facultades, ahí ya no se puede hacer nada...

Besicos, gran peli, la apunto :)

John 2.0 dijo...

Banderas, ¿estás con la crisis por tu próximo cumpleaños? XDD

Como dice Pérez-Reverte, no hay muerte digna. A mí ahora me dan igual las puntas de mi vida (ya he pensado en ellas durante muchos años), pienso que lo importante es lo que está en el medio (tampoco es un pensamiento original: es de Quino).

Cuando venga la parca la saludaré educadamente y, si es mi momento, me iré con ella de la mano. Si no, la mandaré a paseo como ya lo he hecho en varias ocasiones. Pero eso es otra historia que deberá ser contada en otro momento... (hoy tengo el día de citas XDDD)

Ron y aventuras, amigo

banderas dijo...

Belén, el paciente éste en cuestión era tan consciente de lo que le esperaba que hizo una "addenda" a su testamento unos días antes de que pasara...justo antes de su último ingreso hospitalario.

John ¿el qué? ¿la crisis de los 40?... ¡¡anda ya!!. En este caso cuadró lo de ver la película. Estaba "sólo en casa" y, en vez de montar "el guateque" me dediqué a ver otra peli más de mi admirado W.Wenders (me hice recientemente con una mini colección de 7 películas suyas)... la que tocaba por orden cronológico, simplemente.

Sobre lo de que no hay muerte digna habría mucho que discutir... creo que Reverte habla en otro contexto mucho más dramático (como ex-corresponsal de guerra, supongo).

Por cierto, tu versión de "El septimo sello con la parca me parece muy buena opción...Ja!Ja!Ja! (yo hoy tengo el día de otro tipo de citas).

Bicos ;-)

Raquel dijo...

Banderas,
ayer traté de enviarte este enlace pero no funcionó
http://video.stumbleupon.com
Mi amiga Julia me lo mandó. El tema no te va a resultar extraño

besos

JOAKO dijo...

¡Joder! Banderas, me estas preocupando con esto de la muerte, ¡estas muy fúnebre!.
La peli no la ha visto, y de Wenders ahora solo recuerdo su "el amigo Americano" excelente, con Denis Hopper. a apuntaré para el futuro.
Con respecto al tema de la muerte, soy ateo, no agnostico, ateo, y eso me hace tener muchos problemas a la hora de racionalizar la muerte, porque no hay un solo sitio en mi pensamiento donde reposar la vista en este tema. Lo puedo enfocar desde el punto de vista externo del observador de la muerte, puedo reflexionar juridicamente de como creo que se debe hacer el tratamiento de la muerte.
Yo estoy en contra de promulgar una ley, a la ligera, de eutanasia, creo que el tema merece un estudio exhaustivo por parte de todos los que tengan algo que decir sobre ello. Se que las leyes se promulgan de dos maneras en lo social, una es cuando la sociedad crea la norma y se hace indispensable que el legislador adapte esa norma social y la regule. La otra es cuando por precipitación del legislador, o por presión mal entendida se promulga algo sin suficiente valor social como para justificar el uso, o lo que es peor justificar el abuso. La ley de eutanasia, no lo olvidemos nunca, es una ley que permitirá matar personas, y no me preocupan las personas capaces que conscientemente quieran acabar con su sufrimiento, estas son incluso capàces de "arreglar" la situacion ellos solos o co ayuda. me preocupan los cautivos sociales de una cultura judeo/cristiana que preconiza el sufrimiento y demoniza el pensamiento individual sobre temas de "dogma". Pero igualmente me preocuparía una mala ley de eutanasia que acabase, no a la corta, pero si en un tiempo articulado un mal uso social, es decir un abuso de la ley con el cual presionar socialmente a estos mismos que ahora se dejan ir por la otra corriente, y no dejarles el derecho a apurar sus vidas aún con sufrimiento (recomiendo a todo el que quiera entender un poco este razonamiento que vea la película "La balada de Narayama".
Como dijo aquel "Menudo rollo les he metido"
Un abrazo

banderas dijo...

Raquel, lo siento, pero sólo con ese fragmento de dirección sólo me envías a una web donde compartir y ver videos (al estilo de YouTube)... en cualquier caso la temática me la puedo imaginar. Bicos ;-)

Joako, no es que esté fúnebre... son casualidades de la vida. Para fúnebre ya me llegó con mis 5 años currando de enterrador. Ja!Ja!Ja!

En esa película que citas "El amigo americano" es donde Wenders conoció a Nicholas Ray, donde hace el papel de pintor presuntamente muerto que se autofalsifica. El papel lo crearon entre los dos a propósito para el Sr. Ray.

Yo soy ateo y la muerte no me interesa más allá de la parte de vida que limita con ella. No creo que suponga ningún paso especial a ninguna otra realidad más allá de la materia muerta en descomposición. Me importa la vida justo hasta ese punto... de ahí la importancia del "trámite" y de cómo se hace... que es la parte que podemos sentir.

De la eutanasia prefiero no abrir el debate... al menos por ahora. Es un tema con demasiados matices pero sobre el que, en general estoy a favor... y digo eutanasia y no eugenesia... como algunas mentes perversas llaman a las prácticas de sedación... en fin... el tema apesta.

Para acabar, yo también he visto "La balada de Narayama" y en ella se plasma una sociedad rural muy atrasada que plantea dos tipos de control del número de personas que se pueden mantener con los recursos disponibles: por una parte el autoexilio/autoinmolación de los ancianos al llegar a cierta edad, y por otra parte el aborto en tiempos y lugares en que las medidas anticonceptivas no existían.

Esa película podría definirse como "naturalista" en un aspecto casi antropológico ya que la naturaleza no siempre es la que vemos a través de hermosos documentales edulcorados, sino más bien es brutal y cruel... como esa vida que nos refleja la película japonesa.

Un saludo ;-)

Irreverens dijo...

Tomo nota.
:)

JOAKO dijo...

De acuerdo en todo, La balada de Narayama tiene exactamente esa lectura, pero soy de los que piensa que el hombre se sofistica, pero no cambia, o no en lo esencial y la tendencia al aprovechamiento de recursos es el motor de la autoinmolación de ancianos en la pelicula, pero tan solo hay que encontrar otro motor y el conflicto sobre quién debe vivir o morir esta servido. Ese nuevo motor que a priori puede parecer imposible, en realidad no es mas imposible que las razones que algunos dan para mantener con vida a un moribundo a toda costa.

banderas dijo...

Irreverens toma nota de las dos... de la que yo hablo y de la que habla Joako. "La balada de Narayama" tampoco es manca (en lo duro) y merece la pena ser vista... es de Shohei Imamura, y ganó la Palma de oro del festival de Cannes en el año 1983.

Bicos ;-)

Joako, tú lo llamas "sofisticación" y yo "artificio" pero en el fondo es lo mismo.

Un abrazo.

magofez dijo...

En un capítulo de House, sobre el tema este en cuestión, escuché algo muy interesante, decía, no se muere dignamente, se vive. El tema es ese, vivir dignamente, y si no se puede, pues poder elegir. Es un derecho más, sin duda.

1 saludo!

Raquel dijo...

Banderas,
perdón. La parte que falta a la dirección que te mandé es esta (después de com. Por alguna razón no puedo enviarte todo completo!!)
.com/#p=ithct48cqw

Échale un vistazo

banderas dijo...

Wilde, juraría que ya te había respondido... no sé qué pasó. Te había dicho que más o menos eso mismo quería yo decir sobre la vida en una respuesta anterior:

la muerte no me interesa más allá de la parte de vida que limita con ella. No creo que suponga ningún paso especial a ninguna otra realidad más allá de la materia muerta en descomposición. Me importa la vida justo hasta ese punto... de ahí la importancia del "trámite" y de cómo se hace... que es la parte que podemos sentir.

Es increíble, coincido con el mítico Dr. House... aunque espero no hacerlo en su "mala baba"

Un abrazo ;-)

Muy emotivo el video del famoso programa de Oprah Winfrey, Raquel.

El discurso (la última clase, sería la traducción ¿no?) de alguien que sabe a ciencia cierta que va a morir siempre acaba siendo emotivo.

Me gustó la valoración de las prioridades de la vida y, sobre todo, la metáfora de elegir ser un Tigger o un Eeyore... yo, desde luego, soy un "Tigger"... ¿qué te parece a ti?

El problema que siempre me plantea alguna gente es que están convencidos de que, si eres ateo, no puedes entender la vida en positivo y encima intentar ajustar tu modo de vida a una serie de valores éticos de carácter universal... y eso es absurdo.

Raquel dijo...

Opino lo mismo que tú.
Lo que más me llamó la atención del video fue la valentía de él hablando de todo esto y considerando la muerte con tanta serenidad. Yo todavía tengo serios problemas para reconciliarme con la ausencia de quienes no están a mi lado.
Un abrazo