Cuando una puerta se cierra...

Hoy volveré (en unas pocas horas) a cerrar una puerta en mi vida y a abrir otra.

Dejo un puesto de trabajo que me ha traído algunas complicaciones (no tantas como pudiera parecer), unos cuantos momentos tensos (que he sabido sortear con un poco de mano izquierda y los sabios consejos de alguna compañera), algunas buenas amigas (que espero me perdonen por abandonar el barco), una nueva Carrera Universitaria (que me ha servido de mucho más de lo que podría parecer) y, sobre todo y a mi pesar, muchísimas decepciones (con personas, instituciones, organizaciones, "amigos" y "amigas" y, sobre todo, conmigo mismo por no haber sabido ni querido aguantar el tipo... y es que, he de reconocerlo, estoy muy cansado).

Me despido de éste "curruncho"

Bueno. ¡Seamos realistas! También he vivido muchos buenos momentos (y eso que la Oficina de Personal no suele tener muy buena fama en casi ninguna empresa)... riéndo con el buenazo de mi viejo Jefe y su tierna sonrisa de persona que ya ha pasado y vivido experiencias de todo tipo (y por tanto le pesa lo mismo un hombro que el otro), compartiendo pasteles de cumpleaños con compañeros y compañeras mientras el nuevo Jefe imita "divinamente" a un famoso humorista de la televisión... en fin... recuerdos acumulados en el disco duro.

Como excusas a mi "partida" puedo poner que ya son más de nueve años haciendo prácticamente lo mismo, que no he tenido el apoyo necesario por parte de algunos superiores para ejecutar correctamente mis funciones, que soy humano y como tal limitado, que aspiraba a cambiar el mundo y he acabado tirando la toalla (al menos desde este lado de la barrera... se abre ahora la participación del lado contrario, que promete ser, como poco, interesante).

Ayuntamiento de Vigo

Hoy (en unas pocas horas) firmaré un "contrato blindado" contra viento y marea. Es la seguridad personificada, y tengo miedo a estancarme precisamente por eso pero, por otra parte, creo que me conozco lo suficiente y puedo estar volviendo a abrir puertas nuevas en un par de años o tres. Como buen corredor de fondo estoy convencido de que la fuerza para alcanzar la meta está en la cabeza, y no en las piernas.

Mientras tanto, espero disfrutar conociendo otro "oficio", nuevos compañeros y compañeras, y ampliando mi experiencia "desde el otro lado de la mesa de negociación" para, en un futuro no muy lejano... ¡a saber qué nos depara el futuro!