Prometí hacerlo y voy a hacerlo. En Vigo no abundan los parques urbanos, y sí los automóviles con locos tras el volante, pero prefiero hablar de los primeros. Me resulta más relajante... sobre todo un día como hoy en el que mi mejor "gesto" de españolidad ha sido no trabajar y cantar una versión infantil del himno nacional en el post más visto (a día de hoy) en el blog de Vitruvia.
El Castro se asienta en una de las dos colinas fundamentales del núcleo urbano de Vigo. En su cima se mantienen intactos los restos de una fortaleza del siglo XVII (creo) y en su ladera occidental los restos recuperados de uno de los asentamientos prehistóricos de Vigo (un castro muy romanizado en el que he tenido el placer de haber excavado)... de ahí el nombre del monte, evidentemente.
Se hace agradable pasear por los caminos bordeados de castaños de indias y hortensias. Es un placer detenerse de vez en cuando a admirar las vistas que desde algunas atalayas se pueden ver, pero como esta entrada se la dedico al parque no voy a poner nada que no sea él mismo.
Las puestas de sol en Vigo son, con demasiada frecuencia, impresionantemente bellas. Y digo "con demasiada frecuencia" porque estoy convencido de que para los que las vivimos han dejado en buena medida de llamarnos la atención... y es una pena que no valoremos suficientemente el hecho de disfrutar día sí, día también, de uno de los más hermosos espectáculos que la naturaleza puede ofrecer al ser humano.
Las puestas de sol en Vigo son, con demasiada frecuencia, impresionantemente bellas. Y digo "con demasiada frecuencia" porque estoy convencido de que para los que las vivimos han dejado en buena medida de llamarnos la atención... y es una pena que no valoremos suficientemente el hecho de disfrutar día sí, día también, de uno de los más hermosos espectáculos que la naturaleza puede ofrecer al ser humano.
La vegetación es variada, y combina especies autóctonas (las menos) con variedad de especies de origen mediterráneo, sudamericano, asiático. En cualquier caso domina el panorama la presencia de pinos de gran porte, plátanos de sombra y castaños de indias.
Para los que podemos trepar sus cuestas es una maravilla pasear por los senderos que lo recorren arriba y abajo, sus praderas de verde hierba... y tomar algo calentito en las dos cafeterías que en él se asientan las tardes de domingo (sobre todo entre el otoño y el final de la primavera).
Por eso el principal problema de este parque es que, al estar en una importante colina, está plagado de cuestas, escaleras, rampas... desniveles que dificultan su disfrute a personas cuya movilidad se halle reducida.
Es una isla de relativa tranquilidad en medio de una urbe ajetreada que duerme lo justo para irse a trabajar al día siguiente muy temprano al astillero, a la factoría, a la cantera, al puerto, a las oficinas y sucursales bancarias...
Para los niños es uno de los pocos sitios de la ciudad donde poder practicar el patinaje sin temor a ser atropellados, el ciclismo en un circuito que imita las calles de una ciudad con señales de tráfico y semáforos (para ver si aprenden a hacerles más caso del que sus mayores le hacen), y para los jóvenes un lugar donde encontrarse y aprender a sacar partido del tiempo libre sin tener que ingerir substancias nocivas gracias a un programa que ha reaprovechado unas viejas instalaciones municipales abandonadas.
Para los niños es uno de los pocos sitios de la ciudad donde poder practicar el patinaje sin temor a ser atropellados, el ciclismo en un circuito que imita las calles de una ciudad con señales de tráfico y semáforos (para ver si aprenden a hacerles más caso del que sus mayores le hacen), y para los jóvenes un lugar donde encontrarse y aprender a sacar partido del tiempo libre sin tener que ingerir substancias nocivas gracias a un programa que ha reaprovechado unas viejas instalaciones municipales abandonadas.
Es un lugar donde los más pequeños cuentan con dos zonas donde desfogar sus cuerpos siempre dispuestos a la carrera, al salto, al juego... donde rebozarse en arena como si de croquetas se tratara...
Es un balcón al Océano Atlántico que nos trae ecos de otros mundos que están en éste, que nos llevó a "las américas" cuando tuvimos que emigrar, que nos trajo a los piratas berberiscos cuando ellos dominaban el arte de la guerra y la rapiña, a los ingleses persiguiendo la escuadra de indias que se refugió en la ensenada de Rande... a los turistas de todo el mundo que casi a diario recalan en nuestro puerto.
9 comentarios:
Ya quiero ir a Vigo y a sus parques.
Además, si hace ese buen tiempo que dices, quiero ir ya.
Un abrazo
Al final vas a conseguir que marque Vigo en el mapa como uno de mis próximos destinos. Quería volver. Ahora quiero ir.
Besitos/azos.
Raquel pues yo ya empiezo a estar cansadito del buen tiempo. A mi me gusta que llueva, que haga frio.
Con estos posts no pretendía atraer turismo a Vigo, sino enseñar lo que tiene de bueno, que son muchas cosas, aunque tenga otras muchas malas, como buena parte de su población: egoista, intolerante, vocinglera... española en definitiva.
Yo solo pretendía reflejar algo de lo que vivo, como haces tú con Madison. Pronto dejaré los parques y hablaré de otras cosas no tan hermosas... o sí. Distintas, desde luego.
En cualquier caso, si vienes, serás muy bien recibida. Palabra de Banderas.
Mariano más de lo mismo. Hombre, yo no sé qué época recomendar para venir a Vigo. En verano se está bastante bien, y se puede aprovechar la playita, pero en primavera se pone hermosa (salvo para los alérgicos a los plátanos de sombra y al polen en general...je!je!je!). En otoño ya ves como está... aunque aús siga coleando el verano... hoy sigue haciendo calor.
Caramba, Flags, veo que estás ya más que preparado para la carrera de mañana (bueno, ya hoy). jeje, mola tu meez, así todo conjuntao.
:-P
Yo al final no voy a ir. Hoy nos hemos pateado 24 km de monte y mañana queremos aprovechar todo el día, ya que hace bueno.
¡Que os lo paséis genial en la carrera!
:-)
Bicos
un beso...
El Castro el mejor mirador de la Ría de Vigo.
Lo del tiempo, yo también deseo ya que llueva, pero un poco, ya sabemos que aquí nos pasamos de extremo a extremo.
Como sigas así nos llenas la ciudad de turistas, cuentas demasiado cosas bonitas.
Un saludo
Viguetana ¿así que te mola mi Meez? Pues tengo algunos más en la recámara. Uno lo puse solamente el día 12 pero volverá a caer prontito... ya verás,ya.
Por cierto, ya notamos que no apareciste en la carrera. Nos lo pasamos genial... una lástima que no viniérais los dos... Adri podía haber acompañado a las caminantas.
Mi versión gracias por el beso... y por pasar por aquí.
Eifonso es que sigo en plan turista (como con Roma). ¿Qué quieres? hay cosas de Vigo que me gustan y otras (muchas) que odio... como la Policía Local en las carreras... ya os contaré. GRRRRRR!!!!... peor que los de Marín mil veces.
Además, pronto empiezo otra serie distinta sobre Vigo... estoy preparando fotografías, temas, ya verás como asusto a algunos y atraigo a otros.
Bicos e apertas ;-)
Bueno, ya me he ido fijando en tus Meez. Este de la taza también es muy mono.
:-P
En cuanto a lo de la caminata para Adri... Andar por asfalto le machaca más que andar por terreno irregular y mullido.
Por cierto, todavía no ha llamado al fisio porque lleva unos días que no para quieto en la oficina. ¡Y eso que yo se lo recuerdo cada día!
Bicos.
Viguetana ya verá tú lo que es un Meez mono más adelante...je!je!
Sobre lo de Adri... él verá. Cuanto más tiempo pase,peor para él. ¿No tendrá otra Feria en algún lugar de Europa? Mi hermano llegó el sábado de Nápoles, creo... desde luego era de Italia... reventado el pobre :-(
Bicos ;-)
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