Una carrera previsible con grata sorpresa y visita inesperada

Como era de esperar, y dado que últimamente no entreno con regularidad, la carrera de ayer fue un largo paseo hasta la villa de Bayona aprovechando que hacía buena mañana.

¿Para qué engañar a nadie? Desde el maratón de Barcelona sólo había entrenado unos pocos días (11, 13, 16 y 19 de marzo, y 1 y 3 de abril) y sin calidad ni distancia suficientes para conseguir una marca para recordar. Ayer no era el día de marcas ni el recorrido para intentarlas.

Fotografía de J. Lores (Faro de Vigo) de la serpiente multicolor.

Los muchos días de vacaciones y el cansancio de la semana siguiente no ayudaron a tener las piernas en forma, y los dos días de esta semana pasada noté unas extrañas sensaciones en el aductor de la pierna izquierda que no hacían presagiar nada bueno. Al alargar las zancadas para apurar la pierna se me iba hacia el exterior y me veía forzado a corregir constantemente la pisada. Como consecuencia de ello, durante los entrenamientos decidí bajar el ritmo para evitar males mayores, que uno no es muy experto pero sí prudente.

Fotografía de J.Lores (Faro de Vigo) al paso por el Km. 9 de algunos corredores

Al día siguiente me fui a mi fisioterapeuta, que me dijo que, si finalmente decidía correr, fuera con mucho cuidado y que estirara convenientemente una serie de músculos que no viene al caso explicar. De este modo, salí con la sana intención de llegar habiendo disfrutado del paisaje que acompaña al recorrido y, a poder ser, de la compañía.

Como conozco mucha gente de un foro de atletismo me dije que malo sería no ir con alguien de un ritmo similar al mío. En efecto, mi amigo Khene me acompañó durante el primer kilómetro y medio, cuando se paró a saludar a un par de amigos que hace cosa de un año que no vemos (y cuya visita inesperada -actualmente viven en Canarias- nos dio a todos los que los conocemos un vuelco en el corazón). Como yo ya los había saludado antes de la carrera seguí a mi ritmo... y no volví a saber nada de Khene hasta Bayona.

Una de las fotos previas a la carrera (con invitados de lujo... y por sorpresa) sacada por Mary Carmen.

Apenas 500 metros más adelante un corredor que no conocía de nada se pegó a mi lado, supongo que porque decidió que yo llevaba un ritmo adecuado a sus pretensiones, bien porque me lee en el foro y le sonaba mi nick (Banderas forever), bien porque le caí en gracia. El caso es que encontré un camarada como pocos surgido de la marea multicolor que formaba la carrera. Mi nuevo compañero no sólo me llevó a un ritmo progresivo, tal y como debe ser una carrera, sino que en ocasiones me ofreció agua, cogió esponja húmeda para mi, e incluso aguantó un ritmo inferior al que era capaz de desarrollar durante varios kilómetros (al menos 4 ó 5) para que yo pudiera seguir. Sólo me dejó cuando sólo quedaban menos de 2 kilómetros para terminar la carrera, y eso porque yo le insistí en que no pensaba pararme y que no se preocupara por mi. Aún así lo pensó un par de veces y hube de insistir para que me hiciera caso.

Debo mostrar todo mi respeto y agradecimiento a quien creo se llama Francisco Tielas Tato (él dijo llamarse Paco y comentó que había hecho la carrera del domingo pasado en el CUVI, que había practicado triatlón y duatlón, y que llevaba muchos años practicando el atletismo aunque últimamente no tanto como hubiera deseado). Este hombre me demostró que el deporte (no entraré a decir uno u otro) es una fuente y ejemplo de sacrificio, respeto y colaboración entre seres humanos sometidos a situaciones extremas o, como poco, más críticas de lo normal. Es la gente como Paco la que hace que uno se reconcilie con el género humano.

Os presento a mi héroe particular: Paco Tielas Tato
(Fotógrafa: Dulce "Elyana")

Mi resultado cronológico final... tres minutos más lento que el año pasado (1:50:38 oficial, y 1:49:27 neto).

Banderas en los últimos 500 metros (con visera, que hizo un día fino fino)
(Fotógrafa: Dulce "Elyana")

Mis satisfacciones: haber vuelto a ver a Makoki y Mafalda (y verlos tan felices), haber encontrado a Paco Tielas, haber disfrutado del recorrido como no había hecho hasta ahora, haber comido después con la mejor pandilla que conozco (y eso a pesar de que soy su "farolillo rojo" particular) y haber descubierto que mi hijo mayor tiene una predisposición y un ojo para la fotografía que ya quisiera yo a su edad.

Entrega del título al "Farolillo rojo" de los foreros por parte del "Sidrero Mayor"
(la alegría que no falte entre los Correr en Galicia)
Fotógrafa: Mary Carmen

Mis frustraciones: un juez de atletismo que no distingue las churras de las merinas y un compañero de carrera accidentado (espero que las lesiones no hayan pasado de unas cuantas magulladuras y algún corte)