Tarde de domingo en la nieve



Desde hace un par de semanas tenía en mente aprovechar la primera oportunidad que surgiera para enseñar a los niños la nieve. En mi querida ciudad de Vigo no es normal que contemos con ese meteoro (de hecho la última nevada que cayó se remonta al año 1987 o, como mucho, 1988) así que el lugar más próximo al que podemos dirigirnos es al alto de Fontefría (traducido al castellano sería algo así como Fuentefria, y puede que tenga relación con su relativa facilidad para congelarse).


Hasta hace unos pocos años era un lugar de paso obligatorio para poder ir hasta Ourense y, evidentemente, la meseta castellana y el resto del país. La carretera se caracterizaba por la peligrosa serie de curvas (especialmente en la ladera que da al oeste... la que nos trae a Vigo) y por la frecuencia con que se podía uno topar con una densa y peligrosa niebla. Cruzar el alto de Fontefría en tiempos no muy remotos era una auténtica aventura. Por suerte, hoy en día sólo se sube a Fontefría porque se quiere subir... bueno, los que viven en A Cañiza y alrededores tienen que seguir cruzándolo aún para venir a Vigo (salvo que quieran hacer unos cuantos kilómetros de más, claro).

Ayer por fin todos los astros se alinearon para permitir que mis niños pudieran no sólo tocar, jugar y disfrutar de la nieve caída, sino que además pudieron presenciar el maravilloso momento en que del cielo comienzan a caer "folerpas" (así se llama a los copos de nieve en mi tierra) sobre los rostros atónitos de quienes nunca han visto un fenómeno natural absolutamente vulgar en otras latitudes.



Aquí los tenéis a los dos, acompañados de su madre, preparandose para atizar al que esto escribe. Esta fue la primera toma de contacto con el blanco manto de apenas unos 20 centímetros que cubría toda la montaña.



Como se puede apreciar el bosque se alterna con zonas de matorral bajo que no conviene tocar mucho con las manos descubiertas.



El "ulex europaeus" abunda en nuestras tierras (y parece ser que es muy apreciado por los caballos como alimento) pero no es una especie especialmente amigable al hombre. Aquí le llamamos "toxo", y de él somos capaces incluso de obtener algún licor (debe ser lo mejor que se puede sacar de él).



En ocasiones algunos rayos de sol se filtraban entre las escapadizas nubes que una buena ventolera llevaba de noroeste a sudeste, mostrando la hermosura del bosque de caducifolias ya desnudo



y con esas ramas oscuras contrastando con la escasa nieve que escatiman al suelo.



A unos pocos metros un bosquecillo de abetos fruto de alguna de las últimas repoblaciones forestales, ya que esta zona ha sido pasto de las llamas en más de una ocasión en los años que puedo recordar.



Entre otras cosas mis pequeños apuraron el tiempo y probaron todas las cosas que sólo la nieve permite hacer. En cualquier caso, la falta de practica en algunas no impidió que disfrutaran de igual manera que si hubieran hecho una auténtica obra de arte... y menos mal que llevamos con que adornar la extraña especie de muñeco que fuimos capaces de pergeñar.



En lo que sí obtuvieron matrícula de honor fue en la especialidad de rebozo y arrastre ladera abajo.



Como podéis apreciar, en otras montañas próximas había mas nieve, pero para qué íbamos a ir más lejos si lo que nos interesaba ya lo teníamos bajo nuestro pies. Por cierto, en esta fotografía se aprecia que esta zona del bosque ardió no hace mucho tiempo... quizás este mismo verano pasado.



Y justo a unos metros el paisaje parece de postal navideña.



Más aún cuando comienza a nevar con fuerza, lo cual no obsta para que sigamos jugando y retozando como niños (todos) entre la nieve y el viento.



Saboreamos una vez más el hermoso paisaje que se nos hace extraño debido a lo irregular de las nevadas en nuestra región (aunque este año promete)



y nos planteamos volver a casa antes de que la situación empeore, pues ya llevamos tres horas largas y los pies comienzan a estar congelados a pesar de las botas de agua y los gruesos calcetines de lana.



No podía haber sido una tarde mejor aprovechada. Otros blogueiros/as han escrito sobre la nieve estos días, pero dudo que alguno haya gozado tanto como mis pequeños.

Yo tuve que esperar a los 14 años para ver y tocar la nieve, y hasta los 19 para ver cómo caía del cielo, pero creo que se disfruta mucho más de pequeño, así que doy por bien empleados los casi 100 kilómetros de ida y vuelta de ayer por la tarde.

Mi pequeño me decía hoy por la mañana: "Papi, quiero que volvamos a la nieve, pero a una que no pique, para poder tirarnos con el trineo ¿vale?". Fue entonces cuando descubrí que se había picado con "toxo" al hacer bolas de nieve y había aprendido una lección que casi todos los gallegos que andamos por el campo hemos aprendido tarde o temprano... callar por vergüenza al haber caído en la trampa de la leguminosa de afiladas hojas.

Nota: para ver mejor las fotos abrirlas en otra pestaña. Ganan bastante.

8 comentarios:

Unknown dijo...

Banderas, luego di que no te pasa la tos!!!!!jajajajajajajajajajaja
Asi que ayer dia de nieve!!!! y que llevasteis para adornar el muñeco? Cuentame!! Ya veo que los chicos lo han pasado de muerte. Nada, el proximo invierno si no nieva en Fontefria, terás que achegarte hasta Manzaneda... e tamén proban as bicas!!!Pobriños eles xa se picaron cos toxos, jajajajajjaaj.
Disfruta Banderas que crecen rápido.
Moitos biquiños.

Irreverens dijo...

¡Si es que anda que no "pica" el toxo!
Yo me curtí las piernas yendo a correr por el monte, cuando vivía en Vigo.
Y en las carreras de orientación, ni te cuento. [Como nunca llegué a comprarme las polainas "oficiales"...]
:)

Guay lo de llevar a los pequeñajos a ver y jugar con la nieve.

Bicos y recuerdos

belenmadrid dijo...

jeje pues te aseguro que yo disfrutaría casi igual que tus peques.. y tiro bolas de nieve más fuerte jeje

gracias por el enlace! :)

JOAKO dijo...

Yo lleve a mi hijo a la sierra Madrileña a jugar con la nieve, lo que le pareció algo divertidisimo, aproveche que habia nieve apenas a media hora de mi casa.

banderas dijo...

Lobito no te creas que me afectó mucho lo de la nieve... iba muy bien abrigadito.

Para adornar el muñeco un sombrero pirata en cartulina que había por casa de algún cumple, unos bloques de madera de colorines y un par de lápices de colores... dos chorradas, vamos.

A Manzaneda no, que es un palizón... e a bica xa a cataron ¿tí que pensas?... co lambón que é o pequeno.

Disfruto, como un enano... y sí, cataron "os toxos"... pero só as espiñas.

Biquiños ;-)

Irreverens, sabía que más de una vez habrías probado el sabor del tojo en las canillas (tibia) o en la pantorilla... Ja!Ja!Ja! ... con lo que te gusta a ti el monte. ¿A que moló lo de la nieve?... aquí es que se nos hace relativamente raro (salvo en Ancares, claro).

Biquiños/Petonets (i al Adri també)

Géminis, seguro que eres una niña de primera... menos en la talla. Lo del enlace era de cajón de madera de pino, vamos.

Bicos ;-)

Joako, pues más o menos lo que nos llevó a nosotros hacer los escasos 50 Kms. desde Vigo a Fontefría... una gozada verlos disfrutar ¿verdad?

Un abrazote, chaval ;-)

Raquel dijo...

Qué bueno.....!!! Si es que la nieve es para los pequeños, que a nuestra edad ya no ya no...
Besotes

belenmadrid dijo...

Raquel, habla por tí eh??? XDD

banderas dijo...

Raquel, ya te puedes imaginar... su primera vez en la nieve... un recuerdo para toda la vida. Creo que a mi edad ya no me hizo tanta ilusión... aunque me lo pasé como un enano. Desde luego lo que no me hizo tanta ilusión como cuando tenía 19 años fue verla caer del cielo. En aquella primera vez me pareció algo casi mágico... y eso que sabía cual era el mecanismo y tal... pero una cosa es entenderlo y otra verlo con tus propios ojos.

Bicos ;-)

Géminis, ya sabemos que eres una niña grande XDDDD y que disfrutas como tal.