Siempre disfruto mucho en Madrid. Claro, como no trabajo allí, cada vez que voy es una fiesta... o al menos un motivo de diversión y entretenimiento. En Madrid tengo alguno de mis mejores amigos, de esos que uno sabe que siempre están ahí tanto si les necesitas como si no, tanto si es para tomar una cervecita como para ayudarte a salir del bache. Además, mi mujer vivió allí 12 años de su vida y tiene un grupito de amigas del colegio (Santa María del Camino) con las que queda aproximadamente una vez al año... debe ser por eso de que no hace daño.Esta vez nuestra andadura madrileña ha comenzado por la zona de Callao y alrededores. De hecho atravesamos la calle Postigo hasta la plaza de la Descalzas Reales, donde descubrí con agrado que la exposición "Modigliani y su tiempo" era gratis, así que allí nos metimos. Como contábamos con que nos llamara una de las amigas de mi mujer para quedar a ver su piso nuevo apuramos tanto la exposición que me quedé con hambre de más... es lo malo de ir a salto de mata, que nunca sabes cuándo tienes que cambiar de plan. Salimos de la exposición y descubrimos con agrado que la calle Arenal se ha peatonalizado (¡¡absolutamente increíble!! ¡¡Madrid también se humaniza!!) y que sirve para manifestar los problemas laborales del servicio municipal de limpieza.
En Sol nos mezclamos con la turbamulta y descubrimos los aromas exóticos que nos recuerdan esa juventud aún no olvidada. Si no fuera por los niños me quedaba un poquito más a ver si me llegaba algo de aquella "campana" al aire libre... Je!Je! Ignoro las razones de la manifesssstación, pero estoy de acuerdo en todo ¡ea!
Visto el "pisito" de la calle Orense (los dueños no podrían permitírselo ni jartos de grifa, pero el hecho de haberlo heredado del abuelo paterno ayuda mucho) entre mono e ideal, nos fuimos a cenar a un Pizza Jardín cercano y de vuelta al hotel, que al día siguiente tocaba un buen paseo, aprovechando el buen tiempo que se preveía.
En efecto, la prometida quedada en El Retiro nos trajo recuerdos de tardes enteras tumbados al sol en agradable compañía y mejor lectura... y como parte viva de la ciudad nos trajo encuentros insospechados, como estas dos chicas haciéndose unas fotos (supongo que para algún tipo de book o similar) y otros más previsibles, tanto por lo que toca a la parte oficial de la vida cultural de la ciudad,
como por la menos oficial pero siempre puntual a su cita con los más pequeños
Mi amigo J. tuvo el detalle de traer consigo a su perrita Valentina (de ella sí que puedo decir el nombre completo sin miedo a que me demande por atentado a su intimidad) que consiguió que mis hijos se dejaran parte de sus fobias infantiles hacia los cánidos en el largo paseo que nos dimos por el Retiro... y es que no hay como ser una mascota recogida de la calle para valorar lo bueno de tener un amo cariñoso que no sabe si él fue quien la acogió a ella o si fue al revés.
Luego nos dirigimos a la explanada del Reina Sofía donde, gracias a la información de nuestra colega Géminis Despechada, sabía que nos encontraríamos actividades diversas para celebrar el trigésimo aniversario de Amnistía Internacional, como estos grafiteros decorando un panel con imágenes alusivas a las actividades de esta ONG desde sus orígenes este grupo andino, cuyas danzas animaron a la gente a bailar en amistosos círculos
Mientras esto sucedía, aproveché para buscar entre la gente a Géminis Despechada, pues sabía que su grupo, el Bloco do Baliza, actuaría en torno a las 14:00. Allí estaba ella, medio derrotada por el largo y activo fin de semana que tenía programado, y allí le planté un par de besos y una corta conversación, pues en breve tendría que actuar (y yo irme a comer, ya que los peques, de 3 y 6 años, no perdonan sus horarios) Después de un breve desplazamiento por la calle de la Alameda (ignoro dónde se quedaron los álamos) encontramos una terracita a la sombra en la calle Huertas donde pudimos saciar nuestro apetito y nuestra sed. Nos hubiera servido comer dentro de no ser porque a Valentina no la admiten en los restaurantes... ¡¡una lástima, porque se porta muy bien la pobre!!
Despedida de J. después de cruzar otra vez el Retiro y viaje hasta una urbanización chachi guay de las afueras de Madrid para el encuentro con las amigas de mi mujer.
La conversación general y el ambiente no tuvo, evidentemente, nada que ver con el de la mañana, pero vivimos en sociedad y bajo esa premisa mis niños se lo pasaron de puta madre llenándole el salón de juguetes a P. , cosa que odia, pues para eso está el cuarto de juegos de la niña;
; echándose una meada en medio y medio del césped de P. , mi pequeño no se aguantaba y, como no sabía dónde estaba el baño, directamente se bajó los pantalones y allí mismo le plantó un chorrillo de agüita amarilla; y dando algún que otro "pelotazo" a los muros de piedra caliza y el tejado de pizarra de la "casita" de P. y E. , cosa que a P. tampoco es que le haga mucha gracia (y eso que eran balones hinchables de playa y él debe su fortuna al "ladrillo"), y es que eso es lo malo de irse a vivir a una casita en la urbanización chachi guay, que uno pierde el contacto con el mundo real y se olvida de que los niños son eso, niños, y que jugar y corretear y mearse en el césped son cosas de lo más normal.
Por cierto, hay premio para quien me diga cómo se llama la urbanización chachi guay en las afueras de la ¿Villa? y Corte. Pulsando sobre las imágenes se pueden ver en un tamaño "decente".