Hace ya algún tiempo entró en mi correo electrónico otra de esas presentaciones de diapositivas tan al uso entre gentes de poco laborar y cometí el error de ejecutarla. Digo el error porque me descubrió a un personaje curioso en el mundo de la justicia española. Se trata del controvertido juez de menores afincado en Granada Emilio Calatayud, famoso por sus ejemplares sentencias que sólo en ocasiones muy especiales recurren al internamiento de los delincuentes.
Este hombre ha editado (en 2007) un libro titulado "Reflexiones de un juez de menores", sobre el cual se han hecho interesantes reflexiones desde blogs especializados en violencia adolescente e incluso se ha aprovechado para hacerle una entrevista al autor. En otros lugares han aportado a las causas que el famoso juez otras visiones complementarias.
Por desgracia en este país, quien más quien menos tiende a arrimar el ascua a su sardina. De estar forma le han dedicado algún programa en Linea 900 de TVE y, como no, también en Popular TV (a cargo del inefable Miguel Angel Rodríguez). En cualquier caso, si queréis verle en s salsa, no tenéis más que entrar en su propia página web.
Yo me he leído algunas entrevistas (en el diario El Mundo y en la revista Fusión) y algunas noticias en Granadaenlared.com sobre este hombre y no dejo de estar básicamente de acuerdo con su visión del problema educativo en este país. Igual es que en eso soy muy conservador... como él dice soy un "padre preconstitucional". Yo creo que soy un padre, y punto.
1) Comience desde la infancia dando a su hijo todo lo que pida. Así crecerá convencido de que el mundo le pertenece.
2) No se preocupe por su educación ética o espiritual. Espere a que alcance la mayoría de edad para que pueda decidir libremente.
3) Cuando diga palabrotas, ríaselas. Esto lo animará a hacer cosas más graciosas.
4) No le regañe ni le diga que está mal algo de lo que hace. Podría crearle complejos de culpabilidad.
5) Recoja todo lo que él deja tirado: libros, zapatos, ropa, juguetes. Así se acostumbrará a cargar la responsabilidad sobre los demás.
6) Déjele leer todo lo que caiga en sus manos. Cuide de que sus platos, cubiertos y vasos estén esterilizados, pero no de que su mente se llene de basura.
7) Riña a menudo con su cónyuge en presencia del niño, así a él no le dolerá demasiado el día en que la familia, quizá por su propia conducta, quede destrozada para siempre.
8) Déle todo el dinero que quiera gastar. No vaya a sospechar que para disponer del mismo es necesario trabajar.
9) Satisfaga todos sus deseos, apetitos, comodidades y placeres. El sacrificio y la austeridad podrían producirle frustraciones.
10) Póngase de su parte en cualquier conflicto que tenga con sus profesores y vecinos. Piense que todos ellos tienen prejuicios contra su hijo y que de verdad quieren fastidiarlo.
“Y cuando vuestro hijo sea ya un delincuente, proclamad que nunca pudisteis hacer nada por él.”
Una de sus entretenidas conferencias