Una jornada por el Pindo



El monte Pindo, más conocido como el "Olimpo de los Celtas" siempre será una montaña mágica en todos los sentidos del término.

Por su belleza agreste, por sus formaciones rocosas que tanto juego proporcionan a la imaginación, por su privilegiada localización, por su colosal orografía, por su cambiante clima, por sus hermosos rincones, por su vegetación y por su mitología el Pindo será una referencia dentro de mi imaginario particular.


Un solo día hollando sus escarpadas laderas es más que suficiente para advertir que nos encontramos ante un magnífico ejemplo de lo que los poderes de la madre tierra pueden generar, de lo que los agentes climatológicos pueden formar, de lo que el tiempo y la paciencia pueden esculpir, de lo que puede surgir en un ambiente hostil por naturaleza.

Uno no puede evitar girar la cabeza a cada segundo para descubrir miles de detalles entre los infinitos bolos de granito de biotita que semejan haber caído rodando por sus extensas laderas y hasta los poco más de 600 metros de altitud que alcanza en "A Moa".

Podemos encontrar un bufón de naríz aguileña surgiendo de entre las paredes rocosas que vigilan las puestas de sol sobre el "Finis Terrae", otro de los espectáculos que una jornada nos puede ofrecer en este lugar tan peculiar.



Y desde los detalles más ínfimos, como estos brezos,



hasta los restos de un antiguo bosque de pinos desaparecido en alguno de los muchos incendios que año tras año asolan nuestra región


podemos encontrar un pequeño carballo enfermo

surgiendo como por arte de magia tras una vuelta del camino que nos devuelve a casa,

o esos frutos rojos que llaman nuestra atención en medio de un verde "recuncho", pues en cada recodo del camino hay un microclima amparado entre paredes esculpidas con gran paciencia por la mano implacable del viento y la lluvia.


Por algo el Monte Pindo destaca como punto de interés geológico, acoge 5 hábitats diferentes y 8 especies vegetales protegidas.


Hoy necesito este adiós.



Hay días en que uno tiene mucho sobre lo que reflexionar, mucho sobre lo que arrepentirse o sobre lo que dudar. No hay nada seguro en la vida salvo la muerte.

Hay momentos en que la vida te da sorpresas y momentos en que las piedras te salen al encuentro. No hay como vivir el segundo.

Hay lugares y momentos especiales en la vida de una persona, y hoy he estado escuchando viejos temas, nuevos grupos, antiguas versiones... y me he quedado con el "Adiós Nonino" del gran Astor Piazzola porque el momento me lo pedía.

Astor Piazzola, un genio de hombre que, a la muerte de su padre, compuso esta joya.




Sólo un detalle que ignoraba, para los amantes del papel couché. En la boda de Máxima Zorreguieta (hoy Maxima de los Países Bajos) el novio había programado esta pieza. El video no tiene desperdicio, por lo intenso del momento, pero os he elegido una versión del propio Piazzola.


X Encontro de embarcaciones tradicionales en Carril


Este fin de semana tuve el inmenso placer de volver a sumergirme en un ambiente de esos que evocan tiempos pasados no sé si mejores pero, desde luego, añorados. Se celebraba un nuevo encuentro de embarcaciones tradicionales en la marinera y arousana parroquia de Carril (evitaré entrar en debates estériles sobre qué fue antes, si el huevo o la gallina).







Como nieto de un viejo marinero de "Gran Sol" y de "ardora" no puedo evitar asociar el intenso aroma a salitre y alquitrán a momentos dulces de mi infancia, y pulular entre lobos de mar profesionales y aficionados es para mi de una incontestable felicidad.









En estos encuentros, celebrados cada dos años en distintos puertos de Galicia, los aficionados a la navegación tradicional, alejada de tecnologías punta, siempre hay momentos para el relax y la fiesta, para la navegación y el placer de quedarse con los detalles.







Además se completan con actividades paralelas de diversa índole, lo que confiere un valor añadido que a mi, sinceramente, ni me va ni me viene, pero que creo importante destacar por lo que ello supone para la consolidación de una cultura en peligro de extinción que algunos intentan proteger y cuidar.





Además, siempre es un placer volver a saludar a amigos como Mar, Braulio, Antonio, Froíña o, una lástima no haber podido quedarme un poco más, Joan Sol.




Un vídeo hecho por mi amiga Mar esa misma tarde: todo un espectáculo.