Como ya ha sucedido en más de una ocasión, mi emisora preferida para evadirme de la temeraria conducción de mis conciudadanos vigueses me ha descubierto a un intérprete fabuloso: Thomas Quasthoff.
La canción que me lo descubrió fue una versión de una canción tradicional irlandesa (Danny Boy) muy apropiada para un día como el de hoy por ser utilizada frecuentemente en los funerales irlandeses.
Luego me adentré en su biografía en Wikipedia y me encontré con la grata sorpresa de que es paisano mío. Nació muy cerca de Hannover, donde nací, en Hildesheim. Es ésta ciudad también muy especial en mi vida, pues en su hospital especializado en neonatos lograron que saliera vivo de algunos problemas perinatales para ser bautizado en la mismísima "Kapelle" del "Krankenhaus"que me alojó mi primer mes largo de vida.
A lo que íbamos... el fabuloso Thomas Quasthoff. Seguí leyendo, esta vez en una página absolutamente española y especializada en música sobre este bajo-barítono, una voz masculina de las más especiales y que suelen representar personajes con un aire entre diabólico y trágico. Leí que nació con graves problemas físicos (adolece de brazos y mide 143 cm.) por causa de la Talidomida (una medicación de moda en Alemania entre los años 1958 y 1961) al igual que miles de niños y niñas en todo el mundo. Los efectos secundarios de este medicamento dieron lugar a la llamada Catástrofe de la Talidomida, pero también al hecho de que a partir de esta misma catástrofe en la mayor parte de los países en que aún no era obligatorio se comenzaran a pasar controles médicos y farmacológicos más estrictos y se crearan oficinas nacionales de control del medicamento.
Siguiendo con Thomas Quasthoff, confieso que me ha sorprendido ver en algunos vídeos que he localizado su infantil alegría de vivir en contraste con su seriedad profesional, y la profunda pasión con la que interpreta desde un aria de ópera hasta un standard de jazz... y es que todo lo que hace lo hace con todo su cuerpo y su alma.
Siguiendo con la Talidomida he de decir que ya conocía algo de su historia y de los graves efectos secundarios que provocó en su día por un pseudo-documental que un loco cineasta alemán rodó sobre un tipo muy especial de discapacitados: los sordiciegos. La película "Tierra de silencio y de oscuridad" (Lands des Schweigens und der Dunkelheit (1971).) me llegó al alma y me hizo conocer un mundo que ni me había imaginado pudiera existir... tan poco conscientes somos a veces de lo afortunados que somos por estar completos en todos nuestros sentidos. En este documental algunos personajes han acabado siendo ciegos y sordos por accidente, pero otros (al menos uno) como efecto secundario de la Talidomida (si mal no recuerdo). La historia que se cuenta a veces peca de teatral, pero la realidad que nos muestra es realmente triste... e incluso puede que cruel.
El día comenzó con un descubrimiento feliz (un cantante como la copa de un pino) y un recuerdo triste (para todos aquellos que están en este mundo sin poder apreciar todo lo bello y hermoso que hay en él). La conclusión: un tono agridulce en mi mirada.
A lo que íbamos... el fabuloso Thomas Quasthoff. Seguí leyendo, esta vez en una página absolutamente española y especializada en música sobre este bajo-barítono, una voz masculina de las más especiales y que suelen representar personajes con un aire entre diabólico y trágico. Leí que nació con graves problemas físicos (adolece de brazos y mide 143 cm.) por causa de la Talidomida (una medicación de moda en Alemania entre los años 1958 y 1961) al igual que miles de niños y niñas en todo el mundo. Los efectos secundarios de este medicamento dieron lugar a la llamada Catástrofe de la Talidomida, pero también al hecho de que a partir de esta misma catástrofe en la mayor parte de los países en que aún no era obligatorio se comenzaran a pasar controles médicos y farmacológicos más estrictos y se crearan oficinas nacionales de control del medicamento.
Siguiendo con Thomas Quasthoff, confieso que me ha sorprendido ver en algunos vídeos que he localizado su infantil alegría de vivir en contraste con su seriedad profesional, y la profunda pasión con la que interpreta desde un aria de ópera hasta un standard de jazz... y es que todo lo que hace lo hace con todo su cuerpo y su alma.
Siguiendo con la Talidomida he de decir que ya conocía algo de su historia y de los graves efectos secundarios que provocó en su día por un pseudo-documental que un loco cineasta alemán rodó sobre un tipo muy especial de discapacitados: los sordiciegos. La película "Tierra de silencio y de oscuridad" (Lands des Schweigens und der Dunkelheit (1971).) me llegó al alma y me hizo conocer un mundo que ni me había imaginado pudiera existir... tan poco conscientes somos a veces de lo afortunados que somos por estar completos en todos nuestros sentidos. En este documental algunos personajes han acabado siendo ciegos y sordos por accidente, pero otros (al menos uno) como efecto secundario de la Talidomida (si mal no recuerdo). La historia que se cuenta a veces peca de teatral, pero la realidad que nos muestra es realmente triste... e incluso puede que cruel.
El día comenzó con un descubrimiento feliz (un cantante como la copa de un pino) y un recuerdo triste (para todos aquellos que están en este mundo sin poder apreciar todo lo bello y hermoso que hay en él). La conclusión: un tono agridulce en mi mirada.